Los bebés nacen con ciertos instintos de supervivencia. Como cada bebé los tiene de forma innata, los padres pueden utilizarlos para que el bebé aprenda.
* Un bebé «está programado» para sonreír a los rostros y es capaz de velos cuando están a unos 20-25 cm. Por eso sonreirá desde el nacimiento y aprenderá a ser amigable y sociable.
* Los bebés «están programados» para oír sonidos agudos y para comunicarse, de manera que si uno les habla a la distancia adecuada, 20-25 cm, harán gestos para responder.
COMPRENDER LOS OPUESTOS:
A un bebé le resulta difícil darse una idea de lo que significa «caliente» si se le presenta la idea aislada. Pero si se le presenta también su «opuesto», le será mucho más fácil entenderlo. Esto se produce, porque los bebés y los niños tienen dificultad para entender las diferencias entre las cosas. Uno puede facilitarles el proeso al hacer énfasis en las diferencias: al enfrentar un par de opuestos, éstas saltan a la vista.
Explica al bebé lo que es «caliente» al tocar algo que esté tibio, para luego tocar algo «frío» . Es importante decir las palabras «caliente» y «frío» al tocar cada cosa.
RECONOCIMIENTO:
Los bebés, al igual que los adultos, aprenden por repetición, de manera que puede ayudar a su bebé al repetir una y otra vez lo que denomino los «rasgos característicos» de una cosa. Por ejemplo, cada vez que vea un gato, describa sus rasgos característicos: cuatro patas, bigotes, cola larga, hace «miau». Al describir constantemente los rasgos de una cosa, contribuyes a que éstos se fijen en la mente del bebé y le permite distinguirla entre la mirada de objetos que ve por primera vez cada día.
Para cuanto tenga alrededor de 10 meses, sabrá que el gato de la casa, su gato de peluche y la imagen de un gato son todos gatos, pero también sabrá que la mascota es real y que los otros dos son meras representaciones. ¡Eso es pensamiento sofisticado!