Enseñar a un bebé a ser sano emocionalmente es igual de importante que enseñarle cómo ir a dormir, controlar su dieta, alentar sus logros físicos o enriquecer su mente. Estamos hablando de los estados de ánimo y de la conducta de vuestro hijo: su «inteligencia emocional». ¿Os acordáis cuando nació?. Expresó sus emociones con aquel primer y enérgico llanto en la sala de partos. A partir de entonces, su desarrollo emocional forma -la forma en que reacciona ante los acontecimientos, su estado de ánimo general, su capacidad de autorregular y tolerar la frustración, su sociabilidad-, irá avanzando al mismo ritmo que su desarrollo mental.
Aunque el cerebro de tu hijo continúa madurando hasta bien entrada la adolescencia, consideremos ahora lo que ocurre durante el primer año:
* MENOS DE CUATRO MESES. Incluso cuando tu bebé es una criaturita diminuta, su cerebro primitivo lo controla todo. Las emociones al nacer son espontáneas e incontrolables. Sin embargo, al cabo de unas pocas semanas el bebé sonreirá y también empezará a imitarte y eso es un síntoma de que ya está conectado con tu estilo emocional.
- Llorará para expresar que está incómodo o cansado y sonreirá y hará gorgoritos y ruiditos cuando se sienta feliz.
- Cuando tu respondes a esas señales, él aprende a confiar en tí.
- Si le sonríes y le imitas, él aprenderá a interactuar.
* ENTRE CUATRO Y OCHO MESES. El cerebro de tu bebé da un gran paso adelante.
- Empezará a reconocer rostros familiares, lugares y objetos.
- Disfrutará de la presencia de otros niños y de las mascotas.
- Será una etapa donde habrá más alegría y risas que angustias y lágrimas.
- Si sigues unas rutinas en sus ritmos, aprenderá él solito a consolarse y apaciguarse. Adquirirá las habilidades emocionales, las cuales se aprenden.
* DE OCHO A UN AÑO. En esta etapa, los bebés sienten y comunican más de lo que pueden expresar.
- Sus emociones, van y vienen a lo largo de su jornada.
- Le encanta que sostengas un espejo delante de él; sonreirá, dará palmaditas o besará su propia imagen.
- Sentirá una conexión más profunda contigo y con las personas que cuidan de él.
- Se mostrará reticente ante los extraños, hundiendo la cabecita en tu hombro hasta sentirse más confiado.
- Es un gran imitador.
- Su memoria e mucho mejor, y se acuerda de varias personas en su vida y de los libros que le habéis leído.
En definitiva, ayudar al bebé a que desarrolle su competencia emocional es tan importante como alentar sus primeras tentativas de gateo o su primeras palabras.